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Inauguración Exposición de Talleres 2011

Posted by Juan Manuel Vargas Vega on 30.4.11 in
Ayer fué la Inauguración de la Exposición de los Talleres 2011. Este año se ha adelantado un mes ya que para la fecha de otros años coincide con las elecciones municipales. En vez de llevar obras individuales nos hemos decantado por pintar un mural de 1,10x6,60 m. con imágenes de Torremolinos. Se ha pintado en un tiempo record de unas dos semanas. Naturalmente hay partes manifiestamente mejorables que se retocarán con tiempo una vez terminada la exposición.
Pero en general el aspecto es bueno.

 

En estas seis fotos se ve nuestro trabajo.

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El vecino que trae el perro a cagar a mi puerta

Posted by Juan Manuel Vargas Vega on 9.4.11 in
Voy de forma apresurada, no sé como se me habrá podido olvidar, desde luego que esto solo me pasa a mí, y además a esta hora, debe ser cerca de las tres de la tarde. Cuando abro la puerta me da el bofetón de calor, que se puede esperar a estas horas en el mes de Julio. Hay un abejorro negro de un tamaño descomunal dando vueltas alrededor de las flores del jazmín y se escucha el canto de una cigarra que se ha aposentado en el árbol que hay en la acera delante de la casa. Tengo que hacer memoria por si se me ha olvidado algo mas, creo que no. Se escucha la música del Telediario, son las tres. Esta mañana antes que hiciera tanto calor he visto a la cigarra en la rama del árbol, es difícil de ver, es de color marrón claro igual que la rama, cuando me acerqué dejó de cantar.

Salgo por la puerta y antes de subir al coche veo venir un perro negro de esos de pelo rizado y no muy alto, de los que casi arrastran las orejas por el suelo. Hace una ligera brisa de levante que ha traído del fondo de la calle un olor a sardinas asadas. La humedad es muy alta, hace que la piel esté pegajosa. Detrás viene una mujer bastante entrada en carnes, nada agraciada, por que hay que decirlo hay gordas guapas pero esta no lo era, y por si fuera poco tenía pinta de espesa, con la correa en la mano y bamboleándola y de pronto de entre los coches aparece un pedazo de perro de un tamaño que asusta, de esos que no sueltan el bocado. Me pregunto ¿Quién es y a que viene aquí con los perros?, de inmediato me respondo, da igual quien sea pero trae aquí a los perros a cagarse en mi puerta. Siguiente pregunta ¿Por qué no se caga en la suya?, respuesta, porque así limpia la mierda otro.

Subo al coche, como se me ha podido olvidar el arroz. Arranco, hace un calor sofocante a pesar del parasol, el display del coche marca 39, abro las ventanillas y en ese momento pasa a la altura del coche la mujer de los perros. Confirmado, no es agraciada y tiene espinillas.

Le pregunto.
- ¿No traerá a los perros a cagarse aquí?
Se mete la mano en el bolsillo y saca dos bolsas del Mercadona, enseñándolas con alegría, como diciendo “TENGO LICENCIA PARA CAGAR”.
- Traigo bolsas, contestó descaradamente.
- Si, pero mientras recoges la mierda de uno de los perros el otro se caga por otro lado, no te das cuenta y aquí se nos queda.
- No, no es posible, yo las recojo todas.
-Pues sería mejor que se quedara con los perros cagándose en su puerta en vez de en la de los demás.
Ni puto caso me hizo la gorda, como  el que oye llover.

Días después me entero que viven al otro lado de la calle, son nuevos. No me equivoqué, a partir de ese día, casi día si y otro también aparecieron mierdas de perro por aquí  y por allá. Y se distinguía perfectamente cual era de cada perro, por el tamaño, las del perro grande eran de una abundancia que no se puede describir....

La gorda no apareció mas, el que lo hizo fue el dueño del perro. Una tarde me encontré con el y volví a la carga.
- ¿Por qué traes el perro a cagar aquí?
Me miró el de la cabeza afeitada con cara de pocos amigos, y sin ganas me contestó:
- Traigo bolsas.
Estuve por preguntarle, ¿del Mercadona o del Supersol?
Misma conversación que con la señora gorda, le digo:
- ¿Porque no te quedas delante de tu casa y cuando caguen los paseas por aquí?
Me mira y en una millonésima de segundo leo en su mente la respuesta: “que querrá el imbécil este que mis perros se caguen en mi puerta, mejor traerlos aquí a que lo hagan en la suya”.
Le inquiero que aparecen mierdas casi a diario y me dice que es imposible que las recoge todas. ¡UNA MIERDA!, para él, por supuesto.

Una mañana a la 7 salía para trabajar, donde iba ir si no a esa hora, y de nuevo el tío con los dos perros.
Me había visto claramente, pero evitaba mirarme, yo sin embargo le miraba descaradamente a ver si hacia intención de marcharse, viendo que no reaccionaba le dije, con un tono de voz mas bien alto y con enfado.
- ¡Eres de ideas fijas! ¿Eh?, insistes en traer el perro a cagarse a la puerta de los demás
Me contestó en el mismo tono para no hacerme de menos.
- ¡Déjame ya! No veas que tío mas pesado, contestó, si no te gusta vete a vivir al campo.
- Al campo te vas tú, cuando vea una mierda por aquí te la pondré en tu puerta.
- Pues eso es lo que tienes que hacer, dijo bastante enfadado por haberle increpado de nuevo.
Agarró al perro grande por la correa y se fue gesticulando y protestando.

 Ya no me volví a enfrentar mas y el muy educado dueño del perro volvía diariamente y aparecían excrementos por la calle, hasta que dos de mis vecinos lo pillaron un día y le leyeron la cartilla, pero extrañamente quedó muy contento tal vez porque fueron mas diplomáticos que yo, y encima  se permitió el lujo de decirles que ellos eran unos caballeros, no como yo que era un maleducado, y que lo había mandado a vivir al campo. Hay que tener dos pares para aguantar esto.

Ahora se va a la calle de arriba donde hay un descampado, que es donde van los dueños de otros perros o a la calle de abajo y les deja el regalito en la acera, y es posible que vaya bastante, los que viven allí se lo agradecen de esta forma.



Quede claro que no tengo perro, pero si lo tuviera no lo llevaría a depositar sus excrementos a la puerta de otro, me iría al descampado, donde no molesta a nadie.

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¿Residencia Ribera-Schindler?

Posted by Juan Manuel Vargas Vega on 3.4.11 in
Ringgg, ringgg, ringggg, ringggg……., las once y veinte de la mañana, ringgg, ringggg…., ¡el teléfono!, no para de sonar, ¿no hay quien coja el teléfono?, las llamadas casi nunca son para mi, pero siempre me toca coger el teléfono, incluso los sábados, no espero ninguna llamada, voy corriendo, casi tropiezo y cuando llego se ha cortado. Unos segundos después casi no me he retirado todavía y vuelve a sonar, miro el display y es un numero que no conozco, de dentro de la provincia pero de otra localidad que no identifico, no sé si cogerlo, por lo menos no llama con llamada oculta como otros, hace unas semanas me llamó una chica con llamada oculta diciendo que era de una editorial y que me iban hacer unas preguntas sobre que opinaba acerca de los hábitos de lectura de los españoles. Ha dejado de sonar justo en el momento que lo cojo, ¿ha colgado?, no mi hija lo ha cogido desde otro terminal una fracción de segundo antes que yo y cuando yo pregunto ¿dígame? lo está haciendo también ella, al otro lado de la línea una voz que me parece que tiene acento extranjero pero no extranjero de otro país europeo sino español con un leve acento, su dicción era perfecta pero con un cierto deje que me resulta familiar, tal vez sudamericano, portugués, o alguna lengua del país, gallego,… no sé.

- ¿Residencia Ribera-Schindler? .
- ¿Perdón?.
- ¿Es la residencia Ribera-Schindler?.
Noto en el tono de voz de mi interlocutor un ligero tono de malestar por tener que realizarme de nuevo la pregunta, tal vez, bueno tal vez no, no me cabe duda que esperaba que le contestaran de la “Residencia Ribera-Schindler”, está claro.

Es curioso, no me gusta contestar encuestas telefónicas, pero aquel día estaba por agradar, la chica  tenía un tono de voz agradable y hablaba con una gran familiaridad, supongo que son tácticas comerciales muy estudiadas.
- Buenas tardes, le llamo de la Editorial La Pava de aquí del pueblo de al lado, pongámosle este nombre porque de verdad  que sería incapaz de recordar el autentico nombre de la editorial...
- ¿Tendría inconveniente en contestar algunas preguntas sobre el hábito de lectura de los españoles?.
- No, dígame.
- ¿Cree que los españoles leemos suficiente?..............
- ¿Leen mas el resto de los ciudadanos de la Unión Europea que los españoles?.....
- ¿Cree que compramos pocos o muchos libros?....
En definitiva varias preguntas de este tipo y sus respuestas correspondientes.

- No, perdone no es aquí la residencia Ribera-Schindler.
Mi interlocutor con tono de decepción .
- ¿No es la residencia Ribera-Schindler?.
- No, no lo es, lo siento, creo que se ha equivocado de número.
Al otro lado de la línea con incredulidad.
- ¿ Me he equivocado?.
- Si creo que si. Adiós buenos días.
Cuelgo el teléfono.

- En agradecimiento por contestar nuestras preguntas dígame su dirección que le vamos a enviar un regalo.
- ¿Un regalo?.
- Si, se trata de una cafetera.
En ese momento se me encendió la bombillita y recordé el viejo truco de voy a hacerte un regalo y de paso te vendo algo o mejor al revés te vendo algo con la promesa de hacerte un regalo.
- Mire señorita no me mande a nadie a casa con la cafetera ya que no voy a comprar nada, se lo agradezco no quiero la cafetera.
- No, no se preocupe, no tiene que comprar nada, el regalo es sin compromiso por su parte, es por contestar nuestras preguntas.
- ¿Seguro?.
- Si , seguro.
Siempre me queda la duda de si vienen con un regalo y no los dejo entrar, lo cojo, si es que me lo dan y ¿podría despacharlos sin más?, es difícil saberlo.
Días mas tarde según me comentó mi hija apareció un tipo con una carpeta bajo el brazo y una caja descomunal que tenía por fuera la foto de una cafetera, por el tamaño de la caja debía ser la “Madre de las cafeteras”, ella que no tenía tiempo de atenderlo no le abrió, el individuo en cuestión llamó por teléfono un par de veces e insistió en la entrega, ella temiendo que a cambio había que aguantar un sermón de venta de algún producto le dijo que no y el tipo se marchó.

No le di más importancia y seguí con mis ocupaciones, pero un rato después me acordé de la llamada, me llamó la atención que quien hacía la llamada se quedaba extrañado de que no era el sitio al que llamaba.
Fantaseando acerca de esta situación llegué a la conclusión de que era un conocido, amigo o familiar de los Ribera-Schindler, si era familiar, de primeras ¿no le extrañó que atendiera el teléfono una voz desconocida?, tal vez no era de la familia. Entonces era un conocido, lo que quedaría confirmado por el desconcierto sufrido al llamar a un número pensando que va a hablar con alguien concreto y que te digan que no es ahí. Aunque pensando mal es posible que el que llamaba fuera un amigo, solo de la señora Schindler por supuesto, lo que demostraría el desconcierto del interlocutor, tal vez pensó que había cogido el teléfono el mismísimo señor Ribera, ¡habría quedado al descubierto!. Aunque también podría ser el genuino señor Ribera quien llamaba, quería hablar con señora Schindler, se encontraba de muy buen humor aquella mañana y bromeó con la pregunta ¿Residencia Ribera-Schindler?, también podría haberlo dicho mas pijo todavía ¿Residencia de los Ribera-Schindler?, bueno a lo mejor, para ellos naturalmente, serán millonarios y lo normal cuando llaman a casa es decir eso, ¿qué raro no?, el caso es que encontró que quien atendía el teléfono era otro hombre, ¡que inesperada sorpresa! ¿quien sería el tipo que cogió el teléfono? se preguntaría, ¿mi mujer tiene un amante o es el repartidor del butano? ¿y porque el repartidor del butano iba a coger el teléfono? ¿en qué estaba ocupada mi mujer que le impedía coger el teléfono y lo hizo el butanero con esa confianza como si estuviera en su casa?, cuantas preguntas se hubiera hecho el señor Ribera en aquel momento. Quien sabe, es más que probable que no sea ninguna de estas suposiciones, fue tan solo una equivocación.

El relato está basado en un hecho concreto pero solo tiene trazas de realidad, los nombres familiares no son los reales, no he pretendido en ningún momento ni juzgar ni verter opiniones acerca de nadie que conozca, ni siquiera que no conozca. Cualquier parecido con hechos y personas reales es fruto de la casualidad y de la imaginación.

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